Andrés dejó de tener una esperanza de vida de 25 años y la amplía hasta la de cualquiera en nuestro país, y todo gracias a su hermano Javier, seleccionado genéticamente y querido como cualquier otro. Un éxito más para la ciencia y otro paso atrás para las malas artes de la religión y el ocultismo de la fe ciega.
6 comentarios:
Hola amigo Paco:
Una noticia fabulosa, por mucho que no les guste a los de la sotana. Como decía ayer el padre del niño "se nota que no son padres".
Recibe un fuerte abrazote y gracias a los de tu gremio por ofrecernos las técnicas que hacen posible estos verdaderos milagros de la ciencia.
Esto para el blog de buenas noticias ¿no te parece?
Es un éxito de la ingeniería celular.
Un saludo.
Grande la ciencia.
Por mucho que uno se canse de gritar, esto no va a dejar de ocurrir. Es sencillo: TODAS las reliones viven de la culpa, de la culpa por estar vivo, sano y (en la medida de lo posible) feliz. Si eso se acaba, se acaba el valle de lágrimas, y sin valle de lágrimas no hay negocio. Así de fácil. En cuanto a lo de Celdrán, para qué comentar. Habla como un gañán.
No deja de ser paradójico que los que se rasgan las vestiduras sean precisamente los mismos que idolatran al que llaman Mesías pq dicen que fue creado por El Padre para salvar a sus hermanos... se ve que les va la exclusividad.
Un saludo
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