No somos iguales, ni anatómica ni fisiológicamente somos iguales.
Pero esta desigualdad entre hombres y mujeres no debería ir más allá, porque hemos evolucionado (espero) desde la época de la cavernas, dónde el hombre se dedicaba a la caza para llenar la despensa y la mujer a la cría y cuidado de la prole y el orden de la cueva.
Pero es un tema con él que me desilusiono por lo que veo. Os cuento que no hace mucho, en el campo, nos reunimos con la familia de mi mujer. Tres generaciones presentes y cinco nietos de mi suegra allí. Pues casi al terminar la jornada, la buena mujer le dice a mis dos hijas y a mi sobrina, que recojan las cosas de la mesa dónde estaban los más jóvenes. Mi hija mayor, que apunta maneras, le dice que también deben participar en recoger sus dos primos. Su abuela le dice que de eso nada, que son hombres, que dicho sea de paso se sonreían burlonamente ante el arrebato de mi hija (su prima) y la defensa de su abuela.
Esa generación de mi suegra no vivió otra cosa que el yugo de una sociedad machista y entiendo que no se haya liberado de él, pero la actitud de la nueva generación de hombres es frustrante. Tantas campañas y siguen comportándose igual. Yo creo que es porque probablemente véan lo mismo en sus padres, nuestra generación, que aún no hemos entendido que es verdad que somos iguales.
Para que algún día dejemos de celebrar este día, un día por la igualdad, hace falta que el 50% de la población que hemos sido favorecidos, los hombres, nos impliquemos en ello, sino seguiremos avanzando muy lentamente, y a base de discriminación positiva, que genera mucho rechazo.
Va por vosotras, para que entre todos lo consigamos.
PD: mis hijas se negaron a recoger sino participaban sus primos, la abuela se enfadó con ellas y bastante, y mi mujer y yo mediamos en el conflicto para que al final recogieran entre todos. Mi suegra sigue sin entenderlo, pero ya se le olvidó y mi hija sigue avanzando en sus convicciones.