
A. No tiene precio.
En la comparecencia del Ministro Moratinos en la comisión correspondiente del Congreso, quedaron muy claros dos mensajes:
1. El gobierno del Sr. Aznar, con él como responsable, acordó y dio el consentimiento para que los aviones americanos que trasladaran presos con destino a Guantánamo pudieran utilizar nuestros aeródromos militares como escala en estos vuelos.
2. Que no se produjo ninguno de estas escalas, pese al consentimiento del gobierno de Aznar.
Y entonces llegó lo mejor, la respuesta de D. Gustavo de Arístegui, que acepta las aclaraciones del Ministro, que lo hace con claras muestras de alivio, y que era claro y conocido por todos que así sería, sólo faltó escucharle un Ufffffffffffffff de alivio. Es decir, que el Sr. Aznar casi pasaba por allí y nada tuvo que ver con todo aquello.
Y del consentimiento qué, y de los presos qué, y del trato que reciben qué, y de lo consentidor y connivente que fue el Sr. Aznar qué.
D. Gustavo, no tiene precio la claridad que se aprecia en sus palabras, toda una declaración de intenciones.
B. Demagogia por Navidad
Llega la Navidad y con ella las administraciones (central, autonómicas y locales) se preparan para cerrar sus balances económicos. Este es un acto importante en tanto que es de obligado cumplimiento por ley. En este cierre, las administraciones que se vieron beneficiadas de ayudas por parte de otra administración tienen que acabar el ejercicio gastando todo lo concedido y si no devolverlo, y además gastarlo en aquellos conceptos para los que se les concedió, no vale gastar en otras cosas.
La administración que concede la subvención tiene que intervenir estos actos, es decir, debe velar porque las ayudas se gastaran en los conceptos a los que se destinó y con las cuantías establecidas. Y si no fuese así, rechazar el gasto inadecuado y exigir la devolución de ese dinero.
El proceso suele
ser templado, sin demasiados roces (el dinero hace estas cosas) cuando ambas administraciones son del mismo color político. Pero no ocurre lo mismo entre administraciones sustentadas por partidos diferentes, como ocurre con las ayudas que las diferentes Consejerías de la Junta de Extremadura conceden al Ayuntamiento de Badajoz.
Llegada estas fechas y los meses que siguen, siempre ocurre lo mismo: la Consejería de Hacienda de la Junta detecta los problemas, reclama las justificaciones, y en ocasiones termina exigiendo la devolución de gastos indebidos. La respuesta del Ayuntamiento no se hace esperar: llamada a los medios de comunicación, rueda de prensa, despliegue de medios, y el señor Celdrán que suelta aquello de que “Mérida” no nos da dinero, nos niega aquello que nos concedió y tenemos que ponerlo de lo nuestro empobreciéndonos aún más.
Ya está bien de demagogia, la realidad es que la nefasta gestión del equipo del Sr. Celdrán hace que los fondos indebidamente utilizados tengan que devolverse a quién los concedió, generando una deuda de origen conocido, la mala gestión del Ayuntamiento. Los ciudadanos deben saberlo, ya es hora.
Un saludo