domingo, 29 de marzo de 2009

Por coherencia


D. Federico Trillo, adalid de la verdad, tizona de los mentirosos, ha dado claras muestras de ser un señor que cree en la justicia, no en vano es el portavoz de justicia del PP. Fue el primero en salir en defensa de su compañero Camps para hacernos ver a todos (no sé si lo consiguió) que él que fuera su sastre mentía.

Ahora, sin embargo, se niega a hacer declaraciones sobre el juicio del Jak-42, y eso que él ni está imputado (dejó que sus subordinados se las apañaran como puedan, para ellos no tiene defensa), ni está llamado a declarar (de momento). En fin, muchas incoherencias para alguien que se vanagloria de lo contrario y que reparte mandobles de buenas prácticas a los demás. Veremos como evolucionan las declaraciones de los testigos, pero creo que será llamado a declarar para saber si era consciente de que se entregaban cadaveres sin identificar a los traumatizados familiares. Un suceso lamentable y un comportamiento errático del Sr. Trillo que, por coherencia (esa bandera que tanto utiliza), debería dejar la vida política.

3 comentarios:

j0r0ba dijo...

Me temo que encontrar coherencia dentro de la clase política no es tarea sencilla...
Y supongo que en buena parte es culpa de la sociedad en su conjunto que, ante una indecencia como la del Jak-42, no pide justicia de forma unanime, olvidándose de la orientación política de los responsables.
Un saludo.

ID dijo...

Por favor, que no nos quiten a todos los payasos, que se nos han ido Ansar, Acebes y Zaplana en un ná.

Malo Malísimo dijo...

Verecundia que dirían los latinos, Vergüenza que decimos nosotros.
Eso es lo que no tiene ni Trillo ni quien lo defiende. El juicio está demostrando que sabía perfectamente lo que hacía. Los forenses Turcos ya han hablado y han clarificado un poco más el asunto. ¿Tendrá lo que se tiene que tener y saldrá en defensa de los miembros de Defensa que se van a comer el marron ellos solitos? o ¿nos espetará de nuevo un "madagüevos"?
Tan sólo le impondría un castigo. Ponerle delante de los familiares de los muertos. No creo que estos le hiciesen nada, salvo darle la espalda.